jueves, 19 de septiembre de 2013

ACERCA DEL PROCESO DE ADQUISICIÓN DE LA LECTURA Y ESCRITURA EN LA PRIMERA INFANCIA.

                   
                       APRENDER Y ENSEÑAR LA LENGUA ESCRITA EN EL AULA
Vernon, Sofía y Pelliecer Alejandra. México 2004.


CAROLINA STUDERUS VELASCO
Facultad de educación.
Pontificia Universidad Javeriana


Acerca del proceso de adquisición de la lectura y escritura en la primera infancia.
Sofía Vernon, Mexicana licenciada en psicología educativa, magister y doctora en investigación educativa e investigadora del proceso de adquisición de la lengua escrita, conciencia y didáctica de la lectura y escritura en la educación básica, en su libro titulado Aprender y enseñar la lengua escrita en el aula (2004), desde donde se retoman algunas partes para este escrito[1].
El presente escrito se desarrollara alrededor de la pregunta ¿Existe una metodología base de aplicación en las aulas, para que la apropiación de la lengua escrita y oral no ocasione dificultades en la adquisición inicial del proceso de lectura y escritura en los niños y niñas?.
La autora en su libro nos presenta una reflexión interesante acerca de los procesos de aproximación y adquisición del lenguaje oral y escrito en los niños y niñas, el cual es provisto desde las escuelas y su primer medio de interacción social (familia).
Al mismo tiempo el libro, se muestra como un medio de apoyo y reconocimiento de los problemas a los que se enfrentan los maestros de educación básica e inicial,  sobre el acercamiento que hacen los niños y niñas, al proceso de adquisición de la lectura, escritura y las formas adecuadas en que el maestro permite la alfabetización de sus estudiantes sin exponerlos a dificultades.
Es importante mencionar, que el libro se desarrolla en base a una investigación realizada desde la muestra de varios grupos de niños y niñas de cinco años de edad[2], quienes mediante entrevistas dejaron ver su acercamiento previo a  procesos de escritura. (Vernon, 2004 p. 27 - 34).
De acuerdo a la investigación realizada y sus indicadores de resultado, cabe aclarar que se ve a la escuela como el medio inicial de adquisición formal del sistema alfabético, el cual busca encaminar a los niños y niñas en este proceso de forma adecuada; sin ser este el primer acercamiento al sistema alfabético, el cual se da desde el inicio de la vida en los contextos de interacción mediados por el núcleo familiar. Por ende se muestra también el papel del maestro, quien diseña y pone en práctica el método que le represente la adquisición total del código, la cual en la mayoría de los casos está provista de poco significado y uso social dado desde la escuela y que pocas veces es basado en la realidad de quienes se inician en este proceso.
Desde lo anterior, la autora muestra que aunque cotidiano, el proceso de lenguaje resulta a su vez complejo, admitiendo en base a sus muestras de investigación que si desde la escuela no se retoman los intereses de los niños y niñas, continuará impartiéndose este aprendizaje del tipo de adquisición del código por el código sin ninguna intensión comunicativa. Siendo lo anterior una de las primeras dificultades vistas en la aplicación de las diversas metodologías impartidas desde las escuelas.
En definitiva este proceso debe enfocarse en el conocimiento, uso e intencionalidad del lenguaje, para que los niños y niñas infieran este aprendizaje y sea puesto en práctica desde un sentido de la comunicación con el otro. En otras palabras la apropiación de estos procesos comunicativos  no debe dar por supuesto que el conocer las letras, comprende el proceso de lectura y escritura bajo la premisa de un sentido comunicativo.
Desde esta problemática de suposición, el texto expone un objetivo claro hacía las escuelas y es el de reconceptualizar los procesos de enseñanza – aprendizaje de la lectoescritura, es allí en donde debe generarse un cambio en los ambientes escolares de aprendizaje, en donde el papel del maestro prima en esta transformación, pasando de ser un transmisor de conocimiento a un facilitador del mismo, dotando sus aulas de experiencias de lectura y escritura de textos, basados en los intereses de los niños y niñas, actividades que a su vez permitan la comprensión de la  necesidad social y cultural que este proceso implica para la vida en general.
Después de todo, esta transformación es propuesta por la autora, en base a las características comunes encontradas en los niños y niñas de la muestra de investigación, con relación al proceso que realizan en el acercamiento al sistema alfabético, desde donde se ve como estos reinventan sus propios sistemas de comunicación escrita, para luego descubrir poco a poco el uso del sistema real, cotidiano y tradicional de su contexto inmediato.
Desde lo anterior, los maestros podemos retomar esas nuevas resignificaciones dadas por los niños y niñas, aprovechándolas para enriquecer las prácticas pedagógicas, desde las experiencias significativas propuestas por los mismos estudiantes, quienes se verían involucrados en su proceso de aprendizaje de una forma activa, permitiendo que esto los lleve a hallarle el sentido comunicativo que tanto se busca potenciar en la escuela.
Lo anterior es expuesto por la autora de forma textual, desde donde se justifica la importancia de hacer que las practicas en la escuela sean transformadas […] los que enseñamos podemos recuperar nuestra libertad, podemos descubrir e inventar nuevas formas de lograr este encuentro entre alguien que enseña y alguien que aprende para hacer del salón de clases un espacio con menos fronteras y más abierto, menos angustia y más placentero, menos control y más creatividad […]. (Vernon, 2004 p. 41).
Respecto al proceso de alfabetización de los niños y niñas, se retoma la parte del texto que habla acerca del análisis que estos hacen de las partes de la palabra, esto es para dar a entender el acercamiento al sistema alfabético desde las escuelas, donde se muestra el interés generado en ellos hacía la comprensión de la correspondencia entre sonido, letra y palabra, al iniciarse en su proceso de adquisición de la lectura y la escritura[3]; se expone en primer lugar el proceso múltiple de segmentación de palabras, que a pesar de no ser camisa de fuerza en el inicio de la escritura, es tomado en esta investigación, para dar a entender la relación de la palabra hablada con la escrita.  
Es así, como antes de este proceso de segmentación, es presentada la sílaba como unidad básica de referencia en el reconocimiento de palabras y sonidos, que por su característica sonora corta se hace llamativa y de fácil comprensión para los niños y niñas, permitiéndoles con esto establecer la correspondencia entre letras y fonemas,  llevando el proceso al ejercicio del recorte silábico de forma oral, el cual define la escritura completa de las palabras por medio de su sonido.
A su vez, el texto plantea que no solo basta con reconocer el sistema alfabético común, sino que además se deben incorporar reglas ortográficas para el buen manejo del lenguaje. Sin embargo queda la duda si el sistema ortográfico es necesario en los primeros años del aprendizaje de la lengua escrita, en donde la asociación que se hace con sonidos puede resultar confusa para el niño y la niña, desde la importancia que se le da a la intensión comunicativa escrita, la cual puede ir tomando forma con el proceso de práctica de la misma en sus siguientes años de aprendizaje.
Lo anterior se puede ver como una forma de disminuir las dificultades que se presentan durante el proceso de alfabetización, mejor aún se podría decir que no es positivo brindar por pasos definidos el aprendizaje de la lengua escrita, debido a que los procesos son inferidos por los niños y niñas de forma individual, según sus procesos cognitivos. Entendiendo esto como la no segmentación por periodos de aprendizaje[4] mencionados en el texto para que el proceso sea determinado como completo en los sujetos, además porque no son comprendidos en el mismo tiempo por todos los estudiantes.
En definitiva, son presentados estos períodos como características que permiten llegar a la completa adquisición de la lengua escrita, llevando a niños y niñas a identificar que las letras significan y poseen una información útil de uso cotidiano, desde allí son tomados estos períodos de forma positiva en el proceso.
Lo anterior es entonces, desde donde se analiza que definitivamente los maestros, no podemos esperar que nos sean dados los pasos para la aplicación de actividades, que inicien a estudiantes al proceso de lectura y escritura desde un método impuesto y segmentado.
Por el contrario, debemos reaccionar ante las diversas situaciones propuestas en el aula por los mismos estudiantes desde sus múltiples creaciones, para cambiar la forma de impartir este conocimiento y permitir que su proceso sea ejercitado desde las habilidades de la escritura y la lectura misma. Terminando así por definir que no existe un método como tal que permita que los niños y niñas de primera infancia, que son enfrentados al proceso de alfabetización se apropien de la lengua escrita y oral de forma asertiva.
Ahora bien, se puede y se debe establecer un criterio de trabajo en el aula que permita el desarrollo de la creatividad y no la creación de múltiples dificultades que llevan al niño a enfrentarse a un fracaso en su proceso de apropiación de la lectura y escritura. Desde donde se retoma la idea de la perspectiva constructivista[5] expuesta por Vernon en donde entrelaza el aprendizaje del aula con el del contexto, haciéndolo más significativo para los niños y niñas permitiendo que sea visto por estos, como una forma indispensable de interacción con el mundo.



[1] Se retoma la introducción del libro, y los capítulos titulados: El análisis que los niños hacen de las partes de la palabra, la libertad de las letras y el constructivismo y otros enfoques didácticos.
[2] Grupos que según las necesidades de la investigación trabajaron temas como conciencia fonológica, segmentación de palabras y  recortes fonológicos entre otros. Teniendo en cuenta la etapa de escritura de cada grupo (pre silábica y/o alfabética).



[3] Proceso tomado desde la implementación de métodos no convencionales (tradicionales), sino los métodos que permiten la creatividad y apropiación de este sistema en las prácticas educativas. Sin decir que se deja del todo la parte tradicional para entrar al proceso de alfabetización.
[4] Períodos expuestos en el texto como: Silábico (reconocimiento del sonido de las letras y su escritura), silábico-alfabético (comprensión de palabras y sonidos a pesar de no estar su escritura completa) y alfabético (escritos legibles sencillos, sin combinaciones de letras, diptongos, etc).
[5] Planteada inicialmente por Emilia Ferreiro y Ana Teberosky Y retomada por Sofía Vernon en su texto en la página 213.