APRENDER Y ENSEÑAR LA LENGUA ESCRITA EN EL AULA
Vernon, Sofía y Pelliecer Alejandra. México 2004.
CAROLINA STUDERUS VELASCO
Facultad de educación.
Pontificia Universidad
Javeriana
Acerca del
proceso de adquisición de la lectura y escritura en la primera infancia.
Sofía
Vernon, Mexicana licenciada en psicología educativa, magister y doctora en
investigación educativa e investigadora del proceso de adquisición de la lengua
escrita, conciencia y didáctica de la lectura y escritura en la educación básica,
en su libro titulado Aprender y enseñar la lengua escrita en el aula (2004),
desde donde se retoman algunas partes para este escrito[1].
El
presente escrito se desarrollara alrededor de la pregunta ¿Existe una
metodología base de aplicación en las aulas, para que la apropiación de la
lengua escrita y oral no ocasione dificultades en la adquisición inicial del
proceso de lectura y escritura en los niños y niñas?.
La
autora en su libro nos presenta una reflexión interesante acerca de los
procesos de aproximación y adquisición del lenguaje oral y escrito en los niños
y niñas, el cual es provisto desde las escuelas y su primer medio de
interacción social (familia).
Al
mismo tiempo el libro, se muestra como un medio de apoyo y reconocimiento de
los problemas a los que se enfrentan los maestros de educación básica e
inicial, sobre el acercamiento que hacen
los niños y niñas, al proceso de adquisición de la lectura, escritura y las
formas adecuadas en que el maestro permite la alfabetización de sus estudiantes
sin exponerlos a dificultades.
Es
importante mencionar, que el libro se desarrolla en base a una investigación realizada
desde la muestra de varios grupos de niños y niñas de cinco años de edad[2], quienes
mediante entrevistas dejaron ver su acercamiento previo a procesos de escritura. (Vernon, 2004 p. 27 -
34).
De
acuerdo a la investigación realizada y sus indicadores de resultado, cabe
aclarar que se ve a la escuela como el medio inicial de adquisición formal del
sistema alfabético, el cual busca encaminar a los niños y niñas en este proceso
de forma adecuada; sin ser este el primer acercamiento al sistema alfabético,
el cual se da desde el inicio de la vida en los contextos de interacción
mediados por el núcleo familiar. Por ende se muestra también el papel del
maestro, quien diseña y pone en práctica el método que le represente la
adquisición total del código, la cual en la mayoría de los casos está provista
de poco significado y uso social dado desde la escuela y que pocas veces es
basado en la realidad de quienes se inician en este proceso.
Desde
lo anterior, la autora muestra que aunque cotidiano, el proceso de lenguaje
resulta a su vez complejo, admitiendo en base a sus muestras de investigación
que si desde la escuela no se retoman los intereses de los niños y niñas,
continuará impartiéndose este aprendizaje del tipo de adquisición del código
por el código sin ninguna intensión comunicativa. Siendo lo anterior una de las
primeras dificultades vistas en la aplicación de las diversas metodologías
impartidas desde las escuelas.
En
definitiva este proceso debe enfocarse en el conocimiento, uso e
intencionalidad del lenguaje, para que los niños y niñas infieran este
aprendizaje y sea puesto en práctica desde un sentido de la comunicación con el
otro. En otras palabras la apropiación de estos procesos comunicativos no debe dar por supuesto que el conocer las
letras, comprende el proceso de lectura y escritura bajo la premisa de un
sentido comunicativo.
Desde
esta problemática de suposición, el texto expone un objetivo claro hacía las
escuelas y es el de reconceptualizar los procesos de enseñanza – aprendizaje de
la lectoescritura, es allí en donde debe generarse un cambio en los ambientes
escolares de aprendizaje, en donde el papel del maestro prima en esta
transformación, pasando de ser un transmisor de conocimiento a un facilitador
del mismo, dotando sus aulas de experiencias de lectura y escritura de textos,
basados en los intereses de los niños y niñas, actividades que a su vez
permitan la comprensión de la necesidad
social y cultural que este proceso implica para la vida en general.
Después
de todo, esta transformación es propuesta por la autora, en base a las
características comunes encontradas en los niños y niñas de la muestra de
investigación, con relación al proceso que realizan en el acercamiento al
sistema alfabético, desde donde se ve como estos reinventan sus propios
sistemas de comunicación escrita, para luego descubrir poco a poco el uso del
sistema real, cotidiano y tradicional de su contexto inmediato.
Desde
lo anterior, los maestros podemos retomar esas nuevas resignificaciones dadas
por los niños y niñas, aprovechándolas para enriquecer las prácticas
pedagógicas, desde las experiencias significativas propuestas por los mismos
estudiantes, quienes se verían involucrados en su proceso de aprendizaje de una
forma activa, permitiendo que esto los lleve a hallarle el sentido comunicativo
que tanto se busca potenciar en la escuela.
Lo
anterior es expuesto por la autora de forma textual, desde donde se justifica
la importancia de hacer que las practicas en la escuela sean transformadas […] los que enseñamos podemos recuperar nuestra
libertad, podemos descubrir e inventar nuevas formas de lograr este encuentro
entre alguien que enseña y alguien que aprende para hacer del salón de clases
un espacio con menos fronteras y más abierto, menos angustia y más placentero,
menos control y más creatividad […]. (Vernon, 2004 p. 41).
Respecto
al proceso de alfabetización de los niños y niñas, se retoma la parte del texto
que habla acerca del análisis que estos hacen de las partes de la palabra, esto
es para dar a entender el acercamiento al sistema alfabético desde las
escuelas, donde se muestra el interés generado en ellos hacía la comprensión de
la correspondencia entre sonido, letra y palabra, al iniciarse en su proceso de
adquisición de la lectura y la escritura[3]; se
expone en primer lugar el proceso múltiple de segmentación de palabras, que a
pesar de no ser camisa de fuerza en el inicio de la escritura, es tomado en
esta investigación, para dar a entender la relación de la palabra hablada con
la escrita.
Es
así, como antes de este proceso de segmentación, es presentada la sílaba como
unidad básica de referencia en el reconocimiento de palabras y sonidos, que por
su característica sonora corta se hace llamativa y de fácil comprensión para
los niños y niñas, permitiéndoles con esto establecer la correspondencia entre
letras y fonemas, llevando el proceso al
ejercicio del recorte silábico de forma oral, el cual define la escritura
completa de las palabras por medio de su sonido.
A
su vez, el texto plantea que no solo basta con reconocer el sistema alfabético
común, sino que además se deben incorporar reglas ortográficas para el buen
manejo del lenguaje. Sin embargo queda la duda si el sistema ortográfico es
necesario en los primeros años del aprendizaje de la lengua escrita, en donde
la asociación que se hace con sonidos puede resultar confusa para el niño y la
niña, desde la importancia que se le da a la intensión comunicativa escrita, la
cual puede ir tomando forma con el proceso de práctica de la misma en sus
siguientes años de aprendizaje.
Lo
anterior se puede ver como una forma de disminuir las dificultades que se
presentan durante el proceso de alfabetización, mejor aún se podría decir que
no es positivo brindar por pasos definidos el aprendizaje de la lengua escrita,
debido a que los procesos son inferidos por los niños y niñas de forma
individual, según sus procesos cognitivos. Entendiendo esto como la no
segmentación por periodos de aprendizaje[4]
mencionados en el texto para que el proceso sea determinado como completo en
los sujetos, además porque no son comprendidos en el mismo tiempo por todos los
estudiantes.
En
definitiva, son presentados estos períodos como características que permiten
llegar a la completa adquisición de la lengua escrita, llevando a niños y niñas
a identificar que las letras significan y poseen una información útil de uso
cotidiano, desde allí son tomados estos períodos de forma positiva en el
proceso.
Lo
anterior es entonces, desde donde se analiza que definitivamente los maestros,
no podemos esperar que nos sean dados los pasos para la aplicación de
actividades, que inicien a estudiantes al proceso de lectura y escritura desde
un método impuesto y segmentado.
Por
el contrario, debemos reaccionar ante las diversas situaciones propuestas en el
aula por los mismos estudiantes desde sus múltiples creaciones, para cambiar la
forma de impartir este conocimiento y permitir que su proceso sea ejercitado
desde las habilidades de la escritura y la lectura misma. Terminando así por
definir que no existe un método como tal que permita que los niños y niñas de
primera infancia, que son enfrentados al proceso de alfabetización se apropien
de la lengua escrita y oral de forma asertiva.
Ahora
bien, se puede y se debe establecer un criterio de trabajo en el aula que
permita el desarrollo de la creatividad y no la creación de múltiples
dificultades que llevan al niño a enfrentarse a un fracaso en su proceso de
apropiación de la lectura y escritura. Desde donde se retoma la idea de la
perspectiva constructivista[5]
expuesta por Vernon en donde entrelaza el aprendizaje del aula con el del
contexto, haciéndolo más significativo para los niños y niñas permitiendo que
sea visto por estos, como una forma indispensable de interacción con el mundo.
[1] Se retoma la introducción del libro, y los capítulos titulados: El
análisis que los niños hacen de las partes de la palabra, la libertad de las
letras y el constructivismo y otros enfoques didácticos.
[2] Grupos que según las necesidades de la investigación trabajaron temas
como conciencia fonológica, segmentación de palabras y recortes fonológicos entre otros. Teniendo en
cuenta la etapa de escritura de cada grupo (pre silábica y/o alfabética).
[3] Proceso tomado desde la implementación de métodos no convencionales
(tradicionales), sino los métodos que permiten la creatividad y apropiación de
este sistema en las prácticas educativas. Sin decir que se deja del todo la
parte tradicional para entrar al proceso de alfabetización.
[4] Períodos expuestos en el texto como: Silábico (reconocimiento del sonido
de las letras y su escritura), silábico-alfabético (comprensión de palabras y
sonidos a pesar de no estar su escritura completa) y alfabético (escritos
legibles sencillos, sin combinaciones de letras, diptongos, etc).
[5] Planteada inicialmente por Emilia Ferreiro y Ana Teberosky Y retomada
por Sofía Vernon en su texto en la página 213.